Tropa de Hira Gasy cerca de Antananarivo, Madagascar

La cultura en Madagascar es semejante a su naturaleza : rica, viva y diversificada. La insularidad y el nivel de comunicación muy limitado entre las diferentes regiones (ausencia de carreteras) en tan vasta extensión, permitieron a ciertas poblaciones vivir aisladamente y de este modo preservar a través del tiempo una cultura propia pese a la mundialización y una colonización de más de 60 años.

Aún hoy en día, cerca del 80% de la población vive en el mundo rural. El lazo con la tierra es muy fuerte. Además, las creencias tradicionales le da una noción de sagrado : es la tierra de los antepasados.

Las creencias animistas son todavía muy presentes en la vida diaria, excepto en general en los centros urbanos donde son mayoritarias las influencias religiosas, cristianas y musulmanas (parte Oeste de la isla) en particular.

La música y los cantos son fuertemente influenciados por el animismo. Se practican en varias ocasiones : ritos de posesión (el “tromba”), funerales, fiestas, etc. La cultura oral domina la vida diaria de los Malgaches : discursos, cantos, etc. En realidad, el desarrollo de la escritura sólo se debió a las influencias europeas con la introducción del cristianismo en el siglo XIX, a pesar de la existencia de textos malgaches en escritura árabe (el “Sorabe”), reservada a los iniciados.

Hasta hoy día, el tiempo tiene una noción circular y no lineal para el malgache. La cultura del “moramora” o la de tomar su tiempo y vivir plenamente el momento presente. Esto puede desconcertar al extranjero quien está acostumbrado a una vida trepidante.

La acción sin violencia y la búsqueda de una solución amigablemente es también una noción que se cultiva socialmente.

En fin, sea la lengua, la música, la gastronomía, la artesanía, le dejamos el cuidado de descubrir, comprender y apreciar este mundo aparte.